Hoy es el Día Internacional del Libro y aunque no deja de
ser una fecha conmemorativa más reconvertida en negocio, sigue pareciéndome uno de los eventos más
interesantes y útiles del calendario. Si bien tiene cierto carácter comercial, la
promoción y el fomento de la lectura lo justifica con creces en un país alejado de la media europea en cuanto a
hábitos de lectura.
Uno de los mejores regalos que se le
pueden hacer a una persona es un libro, regalar historias. Siendo un
bien físico (cierto que la expansión de los eReaders lo está convirtiendo en
intangible, pero ¿quién regala un ePub?) su contenido es abstracto y puede
generar múltiples realidades en función de los ojos que lo leen. Ahí está la magia.
Los libros empiezan y acaban, pero las historias que
contienen pueden pervivir en el imaginario del lector por tiempo indeterminado.
Sus páginas son, al fin y al cabo, un pasaporte hacia otras vidas, otras
experiencias, otros lugares. Un libro es un billete para viajar a cualquier
otra parte jugando a ser quien no somos, abstrayéndonos de la cotidianeidad y
situándonos en posiciones a las probablemente de otro modo no lograríamos
llegar. Regalar, prestar o comprar historias
también es viajar.
Personalmente, cuando un libro me atrapa siempre termino
secuestrando a sus personajes. Con el tiempo los detalles se olvidan, pero
algunos elementos o situaciones acaban grabándose en mi mente como si de
experiencias propias se trataran. Por ello, de vez en cuando resucito a los
vorticistas de Amat al encontrarme con personas ataviadas con jerseys de cuello
de cisne de colores sobrios; me indigno ante el trujillato como si lo hubiese
vivido junto a la madre de Óscar Wao o me sorprendo hablando de Shalom
Auslander como si le hubiese acompañado en su viaje a Israel.
Son este tipo de historias las que convertiría en regalo,
tal vez para poder compartir estas excéntricas anacronías, tal vez para que sus
personajes continúen viviendo también a través de otras vidas. Aquí va por
tanto, mi lista de recomendaciones para viajar esquivando peajes y aeropuertos.
- Nocilla Lab, Agustín Fernández Mallo. Santillana, 2010.
- Cosas que hacen BUM, Kiko Amat. Anagrama, 2007.
- Lamentaciones de un prepucio, Shalom Auslander. Blackie Books, 2010.
- Purga, Sofi Oksanen. Salamandra, 2011.
- La maravillosa vida breve de Óscar Wao, Junot Díaz. Mondadori, 2009.
- ¿Por qué me comprasteis un walkie-talkie si era hijo único? Santi Balmes. Principal de los libros, 2012.
- 13,99 euros, Frédéric Beigbeder. Anagrama, 2001.
- Suites imperiales, Bret Easton Ellis. Mondadori, 2010.
- El arte: conversaciones imaginarias con mi madre, Juanjo Sáez. Reservoir Books, 2006.
- Asterios Polyp, David Mazzucchelli. Ediciones Sins Entido, 2010.
Nocilla Lab, Agustín Fernández Mallo. Santillana, 2010.
Nocilla Lab cierra
la trilogía del Proyecto Nocilla emprendido por Agustín Fernández Mallo en
2006. Aunque es su último volumen, no es estrictamente necesario (aunque sí
recomendable) haber leído los dos anteriores para sumergirse en una historia
con elipsis narrativas que te atrapa desde la primera página en un viaje a
medio camino entre la reflexión, la descripción poética y la ficción. El ritmo
viene marcado por la alteración de los signos de puntuación y por algunas reiteraciones que, lejos de resultar
redundantes, le aportan más emoción a una historia que narra en primera persona
el viaje de una pareja y en la que la dimensión temporal se ve perturbada
potenciando la sensación de incertidumbre que se mantiene hasta la última
página.
“la paradoja es
también una forma de desequilibrio, estábamos en un puerto de una pequeña isla
al sur de otra isla llamada Cerdeña, el corazón del Mediterráneo, un pueblo
marinero donde habíamos llegado tras meses de continuo peregrinaje, continua
búsqueda del lugar apropiado para erigir el Proyecto, nuestro Proyecto, como
nos gustaba llamarlo, algo colosal que desde hacía años nos tenía más que
ocupados, abducidos…”
Cosas que hacen BUM, Kiko Amat. Anagrama, 2007.
No puede entenderse esta historia sin la brillante y obsesiva
personalidad de su protagonista, Pànic Orfila. Criado por su tía abuela,
anarquista y perteneciente al Instituto de Vandalismo Público, Pànic vive hasta
su adolescencia al margen de la escolarización formándose a través de los
cientos de libros que lee y que le introducen en el surrealismo, el
situacionismo, el satanismo o las pirámides de papel desde corta edad. Su peculiar
mundo se tambalea cuando llega a la universidad y entra en contacto con los vorticistas,
un misterioso grupo revolucionario que mantendrá tan atrapado al lector como al
protagonista de la historia.
“La obsesión es una
fiebre. Una rabia loca, enfocada hacia un solo punto, que empieza a acelerar
sin que nadie pueda detenerla. La obsesión es un deseo multiplicado, y ese
deseo me ha llevado hasta aquí.
Estoy volando a 111 km
por hora en dirección a un árbol del camping La Ballena Alegre en la autovía de
Castelldefels. Cuando impacte contra él mi cuello se partirá como un barquillo
mojado en champán, pero de momento estoy paralizado en el aire en la postura de
volar. Soy una pieza de taxidermista, suspendida del cielo por hilos de
oxígeno.”
Lamentaciones de un prepucio, Shalom Auslander. Blackie Books, 2010.
Lamentaciones de un
prepucio no es apto para judíos ultraortodoxos o detractores del humor
negro. Negro oscuro. Shalom Auslander escribe una historia sobre un personaje
llamado Shalom Auslander que, criado en una familia ultraortodoxa se rebela
contra los dogmas judíos no sin cierto temor a las represalias divinas. Sus conversaciones,
desafíos y súplicas ante Dios sitúan al lector ante situaciones hilarantes que,
además de mantenerle enganchado al libro durante sus casi 300 páginas le
permiten profundizar sobre las creencias y costumbres que los ultraortodoxos
contemporáneos mantienen.
“Es lunes por la
mañana, seis semanas después de que mi esposa y yo nos hayamos enterado de que
está embarazada de nuestro primer hijo, y estoy parado en un semáforo. El
chaval no tiene ninguna oportunidad. Es un truco. Conozco a este Dios; sé cómo
actúa. Mi mujer tendrá un aborto, o el niño morirá en el parto, o mi esposa
morirá en el parto, o los dos morirán en el parto, o ninguno de los dos morirá
y yo pensaré que ha pasado el peligro, y cuando salgamos del hospital y los lleve
a casa chocaremos de frente con un conductor borracho y los dos, mi mujer y mi
hijo, morirán en urgencias al final del mismo pasillo donde estaba la
habitación en la que minutos antes estábamos tan felices y vivos y llenos de
esperanzas.
Eso sería tan típico
de Dios.”
Purga, Sofi Oksanen. Salamandra, 2011.
¿Cuánto sabemos sobre la historia contemporánea de Estonia?
En Purga Sofi Oksanen muestra como
telón de fondo la ocupación alemana y posterior implantación del régimen
soviético a través de tres generaciones de mujeres que entretejen sus historias
con el contexto sociopolítico del
momento. Los personajes principales representan diferentes roles y épocas del
país que van siendo expuestas al lector a través de los saltos generacionales
que se suceden en cada capítulo y que conducen a un camino común que va
haciéndose visible a medida que la historia avanza.
“El bulto se
encontraba todavía en el patio, en la misma posición que antes. Parecía una
persona – se podían ver los reflejos del cabello contra la hierba. ¿Estaba aún
viva? El corazón de Aliide comenzó a latir con fuerza en su pecho. ¿Debería salir
al patio? ¿O sería un impulso imprudente? ¿Era el bulto el truco de un ladrón?
No, no, no podía serlo. Ella no había sido atraída hacia la ventana y nadie
había llamado a la puerta principal. ”
La maravillosa vida breve de Óscar Wao, Junot Díaz. Mondadori, 2009.
Si Purga tiene
como escenario la Estonia del XIX, la primera novela de Junot Díaz nos
transporta a la República Dominicana de la dictadura de Trujillo. Bajo una
técnica narrativa similar a la de la novela de Sofi Oksanen, La maravillosa vida breve de Óscar Wao nos
muestra a través de tres generaciones el contexto político acontecido durante
varias décadas en Santo Domingo. El régimen dictatorial, el racismo y la
inmigración hacia Estados Unidos son tratados con enorme crudeza en esta novela
premiada con un Pulitzer en 2008, cuyas notas al pie cobran tanta relevancia
como el propio contenido principal.
“Nuestro héroe no era uno de esos dominicanos
de quienes todo el mundo anda hablando, no era ningún jonronero ni fly
fachatero, ni un playboy con un millón de conquistas.
Y salvo en una época
temprana de su vida, nunca tuvo mucha suerte con las jevas (qué poco dominicano
de su parte).
Entonces tenía siete
años.”
¿Por qué me comprasteis un walkie-talkie si era hijo único? Santi Balmes. Principal de los libros, 2012.
Santi Balmes, líder del grupo Love of lesbian regresa al
mundo editorial de la mano del ilustrador Ricardo Cavolo. No se dejen engañar
por el título, no encontrarán en él confesiones autobiográficas ni historias dirigidas
al público infantil. Es un libro para adultos dispuestos a aceptar toda
concesión narrativa en pos de las exigencias del guión. Acercarse a este libro es
dejarse embaucar por las situaciones cargadas de surrealismo, humor y
absurdidad a las que es sometido Fernando Obs, el carismático protagonista de
la historia. Con una de las ediciones más cuidadas que recuerdo en mucho
tiempo, por sus páginas transitan personajes como Jim Morrison o James Dean con
la misma naturalidad que la abuela del protagonista o un par de actores porno
reconvertidos en estrellas del electropop.
“Ahora os diré lo que
vamos a hacer. Es muy fácil. Se trata de poner voluntad e intentar creeros que
todo lo que estoy a punto de contaros es cierto (porque podría ser cierto),
como cuando vuestra pareja os dice que ha llegado al clímax. Vosotros estáis en
la Cara A de vuestra mente, mundo objetivo o REALIDAD. Ahora os ruego que os
dejéis succionar por una especie de agujero negro literato hacia el reverso
posterior, donde habéis caído y que a partir de ahora será NUESTRO MUNDO. ¿Cómo
empiezo? Ah, si, con algo impactante.”
13,99 euros, Frédéric Beigbeder. Anagrama, 2001.
Frédéric Beigbeder trabajó como creativo publicitario en una
importante empresa del sector en París hasta que decidió pasarse a la
literatura y convertirse en mi escritor predilecto. En 13,99 euros, el autor narra con cierto poso autobiográfico y con
gran artificio las vivencias de Octave Parango, un respetado publicista que
asume las reglas del mercado para dinamitarlas con sus ácidas acciones y declaraciones.
El estilo narrativo de Beigbeder, directo e incisivo, lo consagró como uno de
los escritores franceses con mayor proyección internacional a la vez que
dividió al público entre quienes no comulgan con su ironía e irreverencia y
quienes lo comparan con el también polémico Michel Houellebecq.
“Todo se compra: el
amor, el arte, el planeta Tierra, vosotros, yo. Escribo este libro para que me
echen del trabajo. Si me fuese, me quedaría sin indemnización. Necesito serrar
la rama sobre la que se asienta mi comodidad. Mi libertad se llama subsidio de
desempleo. Prefiero ser despedido por una empresa que por la vida. PORQUE TENGO
MIEDO. ”
Suites imperiales, Bret Easton Ellis. Mondadori, 2010.
Menos que cero, la
primera novela del escritor californiano, retrataba la vida de unos adolescentes
consentidos y salvajes que en ausencia de metas por cumplir transgredían todo
límite físico y moral adoptando el sexo, las drogas y el egocentrismo como
máximas vitales. Aquellos jóvenes crecieron, sobrevivieron y regresaron a la
literatura a través de Suites Imperiales,
la novela en la que Ellis vuelve al lugar de los hechos convirtiendo a Clay, su
protagonista, en un guionista de éxito. Con el retorno de Clay a Los Ángeles comienzan
los reencuentros y se reanudan de algún modo los patrones de comportamiento de
cada uno de los personajes, que se ven involucrados en conflictos escabrosos
que mantienen la incertidumbre en el lector. Una historia de límites imprecisos
que revela la superficialidad, el egoísmo y la vacuidad de esta generación de
jóvenes acomodados.
“Habían hecho una
película sobre nosotros. La película estaba basada en un libro escrito por
alguien que conocíamos. El libro tenía un argumento muy sencillo que narraba
cuatro semanas en la ciudad donde crecimos y era en su mayor parte una
descripción fiel. Lo había catalogado de ficción pero solo habían modificado
unos pocos detalles, no había cambiado nuestros nombres y no había nada en él
que no hubiera sucedido. Por ejemplo, era cierto que una tarde de enero habían
proyectado una película snuff, una de esas grabaciones sádicas de violencia en
directo, en una habitación de Malibú, y que yo salí a la terraza con vistas al
Pacífico donde el autor trató de consolarme asegurándome que los gritos de los
niños torturados eran fingidos, pero sonrió mientras lo decía y tuve que
volverle la espalda”.
El arte: conversaciones imaginarias con mi madre, Juanjo Sáez. Reservoir Books, 2006.
La novela gráfica, relegada hasta hace unos años a una
discreta sección de las librerías, está empezando a tener una mayor relevancia
en los últimos tiempos. Prueba de ello es el aumento de publicaciones gráficas nuevas
que salen cada mes a un mercado económicamente malherido. Juanjo Saéz es uno de
esos autores que, además de aparecer en algunos medios con sus viñetas e
ilustraciones, ahora ocupan nuevos espacios en las librerías.
El destinatario de El
arte: conversaciones imaginarias con mi madre bien podría ser cualquiera,
sin ir más lejos y como el propio título indica, una madre. El libro recoge en
diferentes capítulos explicaciones (gráficas y escritas manualmente) de
carácter divulgativo en tono irónico y humorístico sobre el arte contemporáneo.
Con Juanjo Sáez cualquier persona puede empezar a comprender las
representaciones de Magritte, los conceptos de materia y antimateria de Eduardo
Chillida o la verdadera función social de los museos. Eso sí, sin teorías
dogmáticas, tecnicismos ni perspectivas elitistas.
“Mamá, el arte es un
tesoro que nos han robado. Solo los “intelectuales” pueden disfrutar del TESORO,
LA ÉLITE de la CULTURA. Han encerrado el arte en un cofre de conocimientos,
para abrir la cerradura es necesario haber leído mucho. Pero cualquier persona
mínimamente sensible puede romper la cerradura y encontrar el tesoro, e incluso
desarrollando tu creatividad puedes hacer tu propio tesoro. A los intelectuales
esto les molesta mucho y no quieren permitir que suceda, a ellos les ha costado
mucho. Han tenido que cultivarse mucho para llegar a ser “los guardianes” y no
toleran a los “listos” que se saltan sus reglas, entonces no paran de intentar
hacernos sentir mal, recordándonos nuestra incultura y nuestra incapacidad para
almacenar datos.”
Asterios Polyp, David Mazzucchelli. Ediciones Sins Entido, 2010.
Asterios Polyp es
uno de esos libros que no puedes llevarte bajo el brazo todo el día sin acabar
con dolor de espalda. Cerca de 350 páginas de papel de buena calidad, con sus
tapitas duras y su edición bien cuidada a todo color. Un tesoro en forma de
novela gráfica para tener en casa y retomar de vez en cuando, por partes o
desde el principio.
El dibujante de cómics David Mazzucchelli cambia su registro
y se aleja de trabajos como los realizados para Batman o Daredevil para convertir
en protagonista a un antihéroe anónimo. Asterios Polyp es un neoyorkino de cincuenta
años, sin un atractivo especial e insatisfecho con su vida como profesor
universitario y arquitecto. El abandono por parte de su mujer y un incendio en
su casa transforman su vida y le conducen hacia un recóndito pueblo en un
intento de huir de sí mismo. De carácter insolente y egocéntrico, el
protagonista verá como su vida da un giro de 360 grados que le llevará a
recordar otros capítulos de su vida mientras intenta encajarlos dentro de su
nueva situación. Los excepcionales diálogos cargados de referencias
intelectuales, artísticas y filosóficas se ven arropados por unas viñetas
estéticamente intachables.
Fotografía de portada: Horia Varlan via photopin cc
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