Las obras del artista conceptual alemán Rainer Splitt podrían
definirse como híbridos que se encuentran a medio camino entre la pintura y la
escultura contemporánea. No tienes muy claro ante qué estás exactamente, así
que lo más adecuado es dejarte llevar por sus volúmenes de colores brillantes y
atender a cómo sus formas invaden el espacio.
El método que sigue Splitt para realizar sus creaciones se
centra en las relaciones entre pintura, volumen y color convirtiendo sus obras
en objetos materiales escultóricos tridimensionales.
Pouring amarillo, de Rainer Splitt. 2010. Poliuretano y esmalte. |
La pintura se convierte en víctima de la arbitrariedad
gravitatoria, viéndose influida por la plasticidad y densidad del propio fluido
que termina adaptándose al objeto o espacio al que se adhiere durante el
secado. Tiempo y gravedad juegan por tanto un papel trascendente al determinar
así la dirección y expansión de la pintura, ofreciendo al espectador una
sensación de movimiento únicamente interrumpida por la solidificación natural del
fluido a partir de sus propiedades.
Esta forma de pintar escultóricamente dejando que la pintura
se expanda con libertad contrasta con los elementos sobre los que se asienta.
Estructuras geométricas de ángulos y formas rectas parecen posicionarse como antitéticos
del fluido que reciben y que se muestra con formas irregulares y orgánicas.
Cualquier superficie que cumpla estas características puede ser utilizado por el artista Rainer
Splitt como lienzo sobre el que realizar el vertido, desde una estantería hasta
el propio suelo.
El acabado que ofrecen las obras parecen mostrar a un Splitt
que cede a las leyes físicas todo el control sobre sus propias creaciones. Sin
embargo, cada una de sus pinturas escultóricas surgen de un exhaustivo estudio
sobre las cualidades del fluido empleado, las posibilidades para extenderse
sobre el espacio, la velocidad de lanzamiento del líquido y los tiempos que
requiere para secarse en función de sus propiedades. Todo ha sido estudiado
para generar estéticamente una sensación de arbitrariedad que esconde tras sí
la causalidad (y no casualidad) que provocan las diferentes leyes de la física
que intervienen en el proceso.
El color es otro de los elementos que cobra gran importancia
en la ejecución de sus trabajos. Del mismo modo que toma superficies frías con
formas simples para intervenir con la pintura, los colores empleados en todas
sus obras son monocromáticos integrándose de manera armoniosa con el espacio. Su
paleta de tonalidades compuesta por pintura industrial sintética contiene
colores como el naranja, el negro, el verde o el rojo carmesí recurriendo al
poder emocional que aportan los colores brillantes y luminosos que bañan sus
obras.
Bien sean entendidas como pinturas escultóricas o esculturas
pictóricas, las obras de Rainer Splitt han llegado a la Galería Pilar Serra (Calle
Santa Engracia, 6. Bajo centro) de Madrid en su primera exposición individual
en España. En la muestra, que podrá ser visitada hasta el próximo 15 de mayo,
pueden verse 7 obras entre las que se encuentran papeles pintados, cajas de PVC que abandonan su función para
situarse sobre una pared o incluso pinturas derramadas sobre el propio suelo
del espacio expositivo que conforman un charco de pigmento y poliuretano. No pierdan
la ocasión de visitarla si se encuentran por la capital.
Paperpool, de Rainer Splitt. 2013. Papel plegado y desplegado. Acrílico. |
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