Aunque no es demasiado popular en
España, en Lituania es una de las artistas más reconocidas del panorama artístico,
llegando a ser elegida para representar al país en la 48º Bienal de Venecia. Asimismo,
sus trabajos han protagonizado exposiciones en museos como el Centro Nacional
de Arte Contemporáneo de Moscú o el Frankfurter Kunsverein, y ha recibido importantes
becas internacionales que la han llevado a trabajar en Filadelfia, Alaska o
Stuttgart.
Imagen de la obra In honey de Egle Rakauskaite. 1996. |
De este discurso surgen de manera
natural las conexiones que vinculan la intimidad humana con la pureza, las
emociones y la visibilidad/invisibilidad del cuerpo en sus creaciones. La
concepción del ser humano se relativiza en sus obras huyendo de abstracciones y
optando por la representación física en mayor o menor medida metafórica que
roza en algunas ocasiones el estudio antropológico.
Aunque su formación académica
está centrada en las artes plásticas tradicionales que la Lituania de la época
impartía en sus academias, Egle Rakauskaite apuesta por el vídeo, la fotografía,
el arte de acción y los materiales no convencionales caracterizados por ser
orgánicos y perecederos. Los diferentes elementos son conectados entre sí poniéndose
al servicio de sus mensajes y dirigiéndose desde la performance hacia la
videoinstalación otorgándole una importancia expresiva vital a las sustancias
empleadas.
Chocolate crucifixies, de Egle Rakauskaite. 1996. |
Este es el discurso que se
encuentra tras En grasa (In fat, 1998) y En miel (In honey, 1996),
obras que guardan cierta analogía entre sí tanto en su ejecución como en su
mensaje rompiendo las formas tradicionales de representación. Ambas obras
cuestionan el modo en que el cuerpo humano se somete a la mirada externa
visibilizando así la identidad humana y el conflicto interno entre el individuo
y su entorno social cuando el cuerpo ejerce como mediador.
Egle Rakauskaite sumergida en grasa derretida. Imagen de la intervención artística In fat, 1998. |
Compartiendo planteamientos, In honey recrea el regreso al útero
materno con todas las implicaciones que ello conlleva. Unas sábanas de algodón
suspendidas del techo acogen a Egle Rakauskaite, quien adoptando una posición
fetal se sumerge en 80 kilos de miel mientras un tubo que evoca el cordón
umbilical le aporta el aire necesario. La intervención es mostrada al público a
través de una pantalla de televisión que proyecta la “ecografía” de su cuerpo
durante los 8 minutos que dura la acción. De este modo el cuerpo de la artista
lejos de ser vulnerable, se convierte en inaccesible protegido por esa gran
placenta artificial que fuerza al espectador a tomar distancia respecto de
ella.
La libertad del individuo se ve también
alterada frente al alienante contexto externo en Para superar la vergüenza (To
overcome shame, 2002). La obra cuestiona el concepto de racionalidad
asumido actualmente como estado deseable y ahonda en la realidad reprimida que
se esconde tras las patologías a través del grito como símbolo de la
externalización del instinto y la esencia humana.
Trap, expulsion from paradise, Egle Rakauskaite.1997. |
Aunque en su etapa más reciente Egle Rakauskaite toma
distancia respecto de la performance y los elementos orgánicos y se vuelca
sobre la producción videográfica más documental, no abandona en ningún momento
su investigación sobre los conceptos de identidad y colectividad. Another breathing (2002) recoge las
declaraciones de varios ancianos de Lituania y Alaska que narran sus experiencias
vitales vinculadas de modo inseparable a la identidad nacional de cada estado.
My address is not a house, not a street; my address is a shopping centre, de Egle Rakauskaite. 2004. |
Algunos vídeos de sus intervenciones pueden verse en esta lista de reproducción de obras de Egle Rakauskaite.
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