Hoy ha dado comienzo el II Foro Internacional de Espazos
para a Cultura en Santiago de Compostela. Durante 3 días, las conversaciones
girarán en torno a la premisa “La araña en la red”. Una araña que ha de moverse
con agilidad entre la cultura, las instituciones, las nuevas tecnologías y la
sociedad.
Durante el tiempo que dure este evento, voy a tratar de resumir
aquí aquellos aspectos que me hayan parecido más relevantes de las ponencias.
Museos y Nuevas Tecnologías. The museum of the future. Jasper Visser.
Jasper Visser es emprendedor cultural y co-fundador de la
agencia de implementación digital Inspired by Coffee, la cual asesora a
empresas e instituciones acerca del uso de las nuevas tecnologías tratando de
facilitarles el acceso a la realidad digital y atraer a la sociedad hacia la
cultura. Intenta encontrar nuevas
fórmulas para convertir los espacios museísticos en motores de dinamización
cultural y turística mediante la implicación de los usuarios.
Para Visser, las instituciones culturales tienen la
capacidad de crear entornos en los cuales las personas se sientan cómodas y protegidas.
La cultura, retomando a Alain de Botton, ante un mundo tan cambiante, debería
convertirse en la nueva Iglesia. Un lugar que se encuentra en el centro de la
sociedad y donde las personas pueden reunirse para disfrutar de cosas ideadas por
otras personas. “La cultura debería ser ese lugar donde todo el mundo es
bienvenido siendo el mismo”.
Para ello, las instituciones culturales deben entrar en el
corazón de la sociedad digital, entendiendo que el corazón en este contexto, es
el propio contenido y no las herramientas que se emplean para alcanzar el fin.
Las historias como medio
El contenido al que se refiere Jasper Visser son las
historias. Historias que implican a la sociedad sumergiéndola en la propia
narración. El universo online trata de historias y pone como ejemplo el Museum of broken relationships, cuyo eje central
son los objetos que derivan de las rupturas sentimentales. Los objetos traspasan
su significado físico y apelan a las emociones, tal y como se demuestra también
en el estudio de identidad holandesa que se realizó para el Museo Nacional
Holandés y cuya identidad fue construida mediante historias que apelaban directamente
a la sociedad a la que se dirigían. Otro caso de éxito apunta hacia el Van Gogh
Museum. Partiendo de las historias que se esconden tras las obras del artista
holandés, se realizaron animaciones 3D de sus pinturas permitiendo transmitir su
mensaje a un volumen de público mayor. De este modo, la tecnología audiovisual
permitió establecer conexiones entre la intencionalidad del artista y el
público no experto.
Los smartphones como cómplices
Los teléfonos móviles desconectan al usuario de las
historias culturales. Albergan el mundo personal del usuario compitiendo así
con las historias que se narran desde el exterior. Visser entiende este
comportamiento como una oportunidad más para llegar al público y lo demuestra a
través de algunos ejemplos. El Rijksmuseum ofreció a sus visitantes información
sobre cada una de las obras mediante los smartphones, convirtiéndolos así en
herramientas culturales. Una obra de teatro recogió los números de teléfono del
público para enviarles mensajes durante la función, incluyendo así este acto
dentro de la propia historia. La serie In
therapie lanzó una app a través de la cual el usuario podía espiar el
teléfono de su protagonista. De este modo, las nuevas tecnologías rompen las
barreras entre el mundo físico y el digital contribuyendo a personalizar y convertir
en tangibles las historias que se cuentan.
La cultura y los usuarios
Una parte del público asiste a eventos culturales para ser
vistos. En muchas ocasiones la cultura se utiliza como parte de la construcción
de la imagen social que un individuo desea proyectar a la sociedad. Y esto como
no podía ser de otro modo, también sucede en línea. El MOMA tiene un gran
número de fans, pero un bajo volumen de interacción. Ser fan del MOMA o de
otras instituciones se ha convertido en un modo de mostrar al resto de contactos
cierto nivel cultural, permitiendo a los internautas contar su propia historia
a los demás. Los usuarios se implican cuando pueden intervenir de algún modo, y
la relación funcionará si la institución está dispuesta a escucharles.
No obstante, Visser recomienda no estar de manera permanente en más de 2 redes a la vez, aunque es conveniente utilizar varias plataformas en proyectos puntuales más específicos. Cada red social tiene su propio público con sus propias reglas de interacción. Twitter puede permitir a las instituciones publicar eventos, escuchar lo que los usuarios dicen sobre ellas y resolver dudas de los internautas. Facebook contribuye a que el público muestre su relación con ellas. Sin embargo, como medio de interacción con los usuarios los mejores instrumentos continúan siendo el contacto con bloggers, la web y el teléfono móvil. Asimismo, y aunque es conveniente que una institución cultural permita la intervención del público en sus redes, no debe abrir todo su discurso ya que se requiere de un editor que controle y seleccione los contenidos.
La cultura como herramienta para mejorar la vida del usuario
Participar e implicarse con la cultura añade valor a la vida
de las personas. Si la cultura pretende ser la araña en la red, debe establecer
unas condiciones bajo las cuales el público se sienta seguro, pueda tomar
decisiones, reflexionar y encontrar soluciones. Los museos e instituciones culturales pueden
ayudar a las personas fomentando el bienestar y las relaciones sociales. Constituyen
uno de los pocos espacios públicos que nos quedan. Son lugares accesibles y
dentro de los cuales se ofrece algo único y diferente.
Jasper Visser considera que es posible incluso reducir la
inversión en atención sanitaria invirtiendo en cultura, y para materializar
esta idea pone como ejemplo los casos de The happy museum, de la
Wellcome Collection y de Superbetter, un juego realizado por Jane McGonigal
que aporta a las personas 10 años más de vida si se invierten 5 minutos diarios
jugando con él.
Podéis seguir a Jasper Visser en su blog: http://themuseumofthefuture.com
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