La conferencia de Sanderhoff se plantea en torno a una cuestión principal a partir de la cual aborda otras cuestiones:
¿qué tipo de valor pueden añadir los museos a la sociedad y a internet?
Como punto de partida es posible fijarse en la gestión de algunas instituciones culturales respecto a la publicación de contenidos. El Rijksmuseum de Armsterdam, la Smithsonian Institution o el Walters Art Museum han comenzado a poner a disposición del público de manera gratuita sus colecciones en la red mediante Creative Commons o incluso sin ningún tipo de licencia. Del mismo modo, la biblioteca digital europea Europeana cuenta ya con más de 22 millones de documentos de dominio público procedentes de unas 2.200 instituciones de 34 países.
Ya el pasado año, la Universidad de Yale redactó el siguiente comunicado a través de su Centro de Colecciones Digitales (http://ydc2.yale.edu/):
“The preservation, transmission, and advancement of knowledge in the digital age are promoted by the creative use and reuse of digitized content for research, teaching, learning, and creative activities. The goal of digitization is to enhance access to the collections in Yale’s museums, archives, and libraries for students, faculty, and the world. To this end, Yale will make digital copies of unrestricted public domain collections available for use without limitations through the University’s electronic interfaces.”
Este texto supone una declaración de intenciones respecto a la actitud que debe tomar la cultura frente a Internet. Se entiende, de esta manera, que la producción cultural es esencial para la sociedad y que por tanto, debe insistirse sobre la tendencia a no generar nuevos derechos de autor. Este concepto se fundamenta a su vez sobre el axioma de que todos los nuevos conocimientos, ideas o creaciones están basados en otros proyectos preexistentes, lo que le resta sentido a la generación de nuevas limitaciones. Si toda la creatividad se asienta en construir sobre las creaciones de los demás, entonces los museos deberían asumir estos nuevos retos para convertirse en los grandes catalizadores de esta creatividad.
El público quiere participar
Sanderhoff reflexiona sobre las ventajas de compartir el legado
artístico con los internautas. Partiendo de que la circulación de imágenes a
través de Internet ya es un hecho irreversible, y que el tipo de usuarios que
los museos tendrán en el futuro serán nativos digitales cuya intención será
interactuar constantemente, se plantea varias cuestiones: ¿estarán dispuestos a
mantenernos si no consiguen participar? ¿seguirán viendo útil pagar impuestos
para mantener las instituciones culturales? ¿nos podemos permitir el lujo de NO
compartir los contenidos gratuitamente? Asimismo, el museo debe enfrentarse a
sus propias disyuntivas. Las colecciones pertenecen a los ciudadanos, siendo el
museo únicamente el guardián de su legado cultural. ¿Puede entonces un museo
estatal restringir el acceso a las imágenes de dominio público siendo su
naturaleza servir a la sociedad?
Compartir como modelo económico
Algunos expertos afirman que el uso de licencias
convencionales provoca una pérdida de dinero a las instituciones. Las ganancias
por derechos de imagen en las ventas de reproducciones no suelen bastar para
amortizar los costes económicos y humanos que se requieren para digitalizar y
poner en marcha todo este sistema.
Hay que asumir que el mercado comercial de imágenes ha sufrido una revolución mediante la cual los clientes demandan material gratuito y sin restricciones. Cada vez más personas quieren más contenidos provenientes de fuentes más complejas y con mayor rapidez, pero estas nuevas exigencias no vienen acompañadas de un intercambio económico. No es difícil deducir ante tal contexto que, si la fuente original no se lo entrega de manera gratuita, el usuario se irá a otro lugar a buscarlo aunque el material obtenido posea una menor calidad.
Teniendo en cuenta esta situación, el museo no debe temer pérdidas económicas ante este nuevo modelo, puesto que el modo de funcionamiento actual no revierte ya los beneficios deseados. Las instituciones culturales por tanto, han de perder el miedo a Internet y emprender un plan de aproximación y entendimiento hacia los usuarios.
Facilitar el conocimiento
La utilización de materiales culturales añade valor. El uso
de licencias Creative Commons además de permitir a los usuarios una mayor
implicación con las obras, conecta directamente con la filosofía de Wikipedia,
la fuente de información más consultada de Internet. Mediante esta licencia,
Wikipedia puede tomar las imágenes de los museos a través de Wiki Commons,
ponerlas a disposición del público y contribuir así a la supresión de imágenes
de mala calidad que circulan por la red.
La actitud de Lizzy Jongma (Datamanager del Rijksmuseum)
Hace unos días, el Rijksmuseum ponía a disposición del
público todas las imágenes de la colección en alta resolución, con opción a
descarga y fomentando desde la propia institución el uso y manipulación de los
materiales. Con tan solo un clic, a partir de ahora todos los usuarios pueden
imprimir las obras y tenerlas en cualquier formato.
Lizzy Jongma es la Gestora de Datos del Rijksmuseum de Amsterdam. Su argumento para haber liberado la colección digital del museo de manera gratuita es que conecta con la propia misión de esta institución. Esta es precisamente la idea principal que los museos han de tener en cuenta a la hora de afrontar los nuevos retos de Internet. El objetivo de los museos es contar la verdad, con lo cual, desbloquear el acceso a imágenes en alta resolución permite a los usuarios observar las obras con todo detalle y aprender de ellas más de lo que podrían hacerlo a través de otras fuentes de menor calidad.
Aplicación de las nuevas tecnologías en la National Gallery de Dinamarca
Sanderhoff explica cómo y a través de qué canales se ha
introducido su institución en la red. El pasado año, la National Gallery de
Dinamarca entraba en el proyecto Google Art Project para poner a disposición de
los internautas las obras de su colección. Sin embargo, la plataforma de Google
no deja de ser una galería virtual de naturaleza cerrada que impide al público
el almacenamiento y uso de los materiales. Por esta razón, en la actualidad
estas imágenes aparecen también en la web del museo. Desbloqueadas, sin
derechos de autor, bajo libre descarga y aptas para usos comerciales con
atribución. De esta manera, conectan con Wikipedia pretendiendo ser, como se ha
dicho anteriormente, catalizadores de la libre creatividad de los usuarios.
Para un museo las app’s de móvil comienzan a ser indispensables, sin embargo los elevados costes que derivan del desarrollo de estas aplicaciones dificulta su creación. Así pues, la National Gallery se ha unido a otros museos del país para crear una plataforma móvil común basada en 3 principios básicos: El contenido ha de ser público, gratuito y compartible; tiene que instaurarse sobre una plataforma ya existente; y los usuarios finales deben participar en el desarrollo de la experiencia.
Merete Sanderhoff insiste sobre la utilización de plataformas ya en uso ante contextos económicos desfavorables. El empleo de Twitter en su estrategia de difusión les evita una inversión en mantenimiento y ofrece ventajas adicionales al contar con un volumen de participantes ya activo. Aunque a priori la limitación de 140 caracteres puede resultar un inconveniente, lo cierto es que logra enriquecer el mensaje al contener enlaces y materiales externos que añadan valor al tweet. Asimismo, la brevedad de los textos libera de presión al usuario, que no está forzado a leer grandes relatos y puede contribuir y hacer consultas fácilmente.
Museos en red
Del mismo modo que lanzar los contenidos a la red y
compartirlos con los usuarios puede tener ventajas sociales y económicas, el intercambio
de material entre museos puede agilizarse y reducir sus costes si se establecen
redes que les conecten entre sí. Trabajar en una red común optimizaría el
tiempo y la inversión que requieren los intercambios que se realizan entre los
diferentes museos a nivel corporativo y social. Cuando los internautas buscan
algo, se dirigen a Google, no a la web de una institución. Por esta razón, la
creación de una plataforma en línea que comprendiera las colecciones de todos
los museos podría tener repercusiones positivas para ambos grupos.
Para saber más sobre licencias Creative Commons podéis consultar su página web:
http://es.creativecommons.org/
Para saber más sobre licencias Creative Commons podéis consultar su página web:
http://es.creativecommons.org/
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